Cuando un país es desarrollado socioeconómicamente, su población disfruta de un acceso oportuno y equitativo a los sistemas de salud, a la infraestructura, vivienda, educación, opciones de desempeño laboral, entre otros factores que generan bienestar y condiciones adecuadas de vida. De tal manera, el desarrollo económico es un asunto que interesa tanto a los países desarrollados para mantener su senda, como a los países en vías de desarrollo, para superar brechas.
Dado lo anterior, hay una gran relevancia en identificar aquellos potenciadores que generan desarrollo, entre los cuales está la productividad, pues a medida que ésta es más alta, mayor será el PIB per cápita de un país y, por ende, la calidad de vida de su población. La productividad, según los economistas, se obtiene a partir de varios factores, entre otros, la eficiencia en el uso de los recursos naturales, el capital, la tecnología y la cualificación del capital humano.
Becker (2000) afirma que la productividad es el resultado de la creación y desarrollo de nuevas ideas, las cuales pueden potenciarse a través del capital humano y de la tecnología, lo que jalona tasas de crecimiento en el largo plazo. Según Temple (2000), esto depende de personas altamente cualificadas que realicen investigaciones, generen nuevos conceptos e incluso fomenten nuevas formas de negocio que impulsan el desarrollo de las industrias.
En ese sentido, el desarrollo del capital humano requiere de tiempo, recursos, esfuerzo y dedicación, tarea que no depende sólo de políticas lideradas por los gobiernos, sino también y con mayor contundencia, de los esfuerzos que realicen las empresas privadas, industrias y sectores productivos.
Sin embargo, han sido amplias las discusiones sobre el momento en que se recogen los frutos de las inversiones que se realizan en el capital humano, encontrándose que muchas veces, estos se obtienen en el mediano y largo plazo, e incluso las políticas para el fortalecimiento de las habilidades y competencias de los habitantes de un país, pueden tomar varios años en su implementación y apropiación y, más aún, en su masificación.
Es por ello, que las organizaciones multilaterales, han buscado un camino que genere mayores eficiencias en la economía, identificando a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones – TIC como una herramienta que puede cerrar las brechas de acceso a la información, a los servicios, a la educación, a la salud, a las oportunidades laborales, entre otros.
Particularmente, las TIC aplicadas en la educación, la convierten en accesible a toda la población, al tiempo que impulsan el mejoramiento del desempeño de los estudiantes en las áreas básicas e incluso, preparan a los jóvenes y niños con altos estándares de competitividad tecnológica para que enfrenten los desafíos de la economía actual. A través de las TIC, la educación llega a los sitios más alejados y ésta se puede vincular a los grupos étnicos, minorías, personas con discapacidad, estudiantes con bajo logro académico y poblaciones que han permanecido marginadas de oportunidades .
Pero más allá del acceso a las TIC per se, lo que genera realmente impactos en la economía, es su apropiación, su uso adecuado, su potenciación a través de la aplicación en un contexto adecuado, con contenidos pertinentes y prácticas innovadoras. Lo importante es dimensionar cómo estas tecnologías están al servicio de todos los sectores de la economía, bien sea, con el diseño de políticas públicas, estrategias de responsabilidad social empresarial y soluciones prácticas, capaces de generar transformaciones tangibles al corto plazo.
De tal manera, la apropiación de las TIC, es un camino eficaz para fortalecer el desarrollo de las empresas, la población, y por ende, el desarrollo de las naciones.
Es por ello, que se requiere contar con consultorías que formulen, diseñen e implementen estrategias, proyectos y acciones concretas para aprovechar el uso de las TIC y promover la competitividad de las empresas e incrementar los impactos sociales de las políticas diseñadas por los gobiernos locales y el nacional. Así mismo, los servicios de apoyo y consultoría deben formular herramientas claras y contundentes para que la apropiación TIC promueva el desarrollo y fortalezca la calidad de la educación, a partir del diseño de estrategias, programas y proyectos que potencien el uso de las TIC en poblaciones específicas, contando con niveles de desempeño, indicadores, mecanismos de evaluación e incentivos, partiendo del diagnóstico de los impactos de las estrategias previamente implementadas, sus factores de éxito y mejora.
Así mismo, se requiere que la formación y acompañamiento del uso y aprovechamiento pedagógico de las TIC, se base en la formulación de estrategias y proyectos que potencien las competencias de los maestros e involucren a los estudiantes en su desarrollo, buscando el mejoramiento de su aprendizaje y su desempeño escolar.
I. Referencias
Banco Mundial. (2012). Crecimiento del PIB% anual. Recuperado en 10 de Julio de 2012 en:
Becker, H. (2000). “Pedagogical Motivations for Stu¬dent Computer Use that Leads to Student Engage¬ment”. Education Technology. Vol. 40, no. 5, pp. 5-17
Castellanos S., M (2013). “Transformación de la educación desde la TIC”, Revista Ruta Maestra Edición No. 05, noviembre 2013. ISSN: 2322-7036. Editorial Santillana, Colombia.
Temple, J. (2000). “Education and economic growth”. Department of Economics University of Bristol Bristol BS8 1TN
UNESCO (2009). “Medición de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en Educación”. Manual Del Usuario ISBN 978-92-9189-092-7, Ref: IEU/TD/10-06
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- CASTELLANOS S., M (2013). “Transformación de la educación desde la TIC”, Revista Ruta Maestra Edición No. 05, noviembre 2013. ISSN: 2322-7036. Editorial Santillana, Colombia. Pg. 43