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COVID-19: ¿Una pérdida o una ganancia para la academia en Areandina?

Por Martha Castellanos
Vicerrectora Académica de Areandina
[email protected]

Son comunes las intervenciones en periódicos, webinars, noticias y artículos, en los que las personas y organizaciones manifiestan que la coyuntura de la COVID-19 era inesperada y, por tanto, no contaban con las herramientas, procesos ni capacidades para asumir el cese de la presencialidad de un momento a otro.

La academia no ha sido ajena a esta realidad; de hecho, presenta contextos incluso más complejos, ya que la formación presencial, aunque suene obvio y redundante, se concreta precisamente en un espacio común y presencial entre el docente y el estudiante. Luego, la coyuntura condujo a las instituciones de educación a pensarse estrategias para lograr la comunicación entre ambos actores, retomando la esencia misma de la educación, que es el acto formativo a pesar del escenario que lo medie (Saavedra, 2020)1.

La transición de lo presencial a lo mediado por la tecnología tiene variadas experiencias en su implementación en el sistema educativo colombiano, siendo algunas exitosas y otras complejas, pero todas en mejoramiento continuo.

Gracias a que Areandina contaba con una amplia trayectoria en el desarrollo de programas virtuales, siendo hoy en día la quinta institución de educación superior más grande del país con esta modalidad2, el proceso fue rápido y exitoso. Su infraestructura tecnológica, cuyo uso aumentó más del 400 %3 durante la pandemia, le permitió migrar de la presencialidad a la educación remota mediada por tecnología en masa de la noche a la mañana y, como pocas instituciones de educación superior en Colombia, logró preservar la prestación del servicio educativo sin presentar cese alguno.

Entre los hitos que han permitido a Areandina hacer un cambio a gran escala y velocidad como esta, se destaca la implementación de un lineamiento determinante que se empezó a ejecutar en 2018. En ese entonces se invitó a los docentes presenciales a que desarrollaran el 20 % de su plan de clases mediado por tecnología. De esta manera, cuando fue obligatorio hacerlo a causa de la contingencia sanitaria, contaban con la experiencia necesaria para llevar a cabo un modelo remoto exitoso de sus clases.

Si bien todos estos factores posibilitaron la transición, el factor determinante ha sido el compromiso de los docentes. Ellos tomaron como propio el deber de mantener el ejercicio formativo y generar diferentes aproximaciones disruptivas y nuevas para lograr el aprendizaje de sus estudiantes, a pesar de las circunstancias.

De tal forma, el desarrollo de la clase, la comunicación entre estudiantes y docentes, y entre los mismos estudiantes, los materiales a utilizar, el cumplimiento del plan de clases y, por supuesto, la evaluación, se convirtieron en retos positivos para la Academia de Areandina.

Tales desafíos, aunque complejos, han sido el aliciente para ajustar prácticas pedagógicas tradicionales, llevando a la Academia de Areandina a que una vez se surtieran valiosas capacitaciones tecnológicas por parte de la Vicerrectoría de Tecnología y Sistemas de Información, a enfocarse en el apoyo a la didáctica del docente. Por ello, la Dirección de Desarrollo Docente junto a la Facultad de Educación y la Subdirección de Orientaciones Académicas iniciaron una serie de webinars académicos sobre aprendizaje invertido, herramientas didácticas en línea, sesiones sincrónicas, evaluación, entre otros aspectos.

Incluso, se desplegaron webinars en los que docentes que habían tenido aproximaciones muy someras con la tecnología, compartían con la comunidad académica su proceso de descubrimiento y uso de herramientas virtuales que les fueron valiosas para fortalecer su cátedra e incentivar la atención de sus estudiantes. Luego, se examinaron las buenas prácticas en la modalidad remota por disciplinas de estudio, de tal forma que los docentes de las ocho facultades pudieron conocer, de la mano de sus colegas, cuáles fueron las mejores didácticas utilizando tecnologías que pudieran impactar positivamente en sus respectivos campos de estudio.

Asimismo, los docentes presenciales, a causa de las circunstancias, ajustaron sus clases, buscaron herramientas que apoyaran sus objetivos de aprendizaje e idearon diversas formas para llamar la atención de sus estudiantes que, de un momento a otro, pasaron de tener caras expresivas en el salón de clases a ser fotos en los recuadros de una pantalla.

Paradójicamente, esto llevó a que algunos docentes que consideraban conocer a sus estudiantes en lo presencial, se acercaran aún más a ellos al entrar a sus casas de forma remota, oír su cotidianidad y acompañarlos en el proceso de entendimiento de lo que significaba el cambio de vida. Incluso, han podido apoyar a sus alumnos en todo tipo de situaciones que ha traído el confinamiento, como complejidades familiares, económicas y de salud. El docente areandino se ha preocupado primero por el estado anímico del estudiante, para luego fomentar su aprendizaje y, en ese proceso, ha construido lazos fuertes confianza y apoyo, resaltando la naturaleza del Sello Transformador.

Con el ánimo de viabilizar el Enfoque Académico, se han implementado ajustes para continuar formando al areandino propuesto en el Proyecto Educativo Institucional (PEI). Para ello, el currículo se entendió desde su naturaleza, como una apuesta social e institucional para la formación más que un planificador de clases. De esta forma, se amplió su impacto al ejercicio reflexivo del estudiante por fuera del espacio de clases y de acuerdo con el modelo pedagógico establecido, la prospectiva pedagógica crítica, se fomentó la consciencia crítica4 del estudiante desde diferentes experiencias para la construcción de conocimiento.

Por otro lado, la evaluación se enfocó en el saber hacer con los conceptos y teorías y se dejó de lado el ejercicio memorístico. De esta manera, se desafiaron las prácticas tradicionales comunes en las aulas de clase presenciales que a veces son insuficientes para una formación de impacto en la Cuarta Revolución Industrial.

Dado que se creyó inicialmente que las nuevas dinámicas de la gestión remota llevarían al debilitamiento de las funciones sustantivas, se aprovecharon las circunstancias al máximo, de tal manera que se presentó el fenómeno opuesto al esperado. La internacionalización, por ejemplo, que se preveía como uno de los aspectos de la educación más perjudicados por las restricciones de movilidad, encontró nuevas y efectivas maneras de lograr su objetivo principal: el intercambio cultural y de saberes. Esto se ha desarrollado a través de medios virtuales con la estrategia ‘Viaje Global’ liderada por la Dirección de Internacionalización. Esta iniciativa permitió a la comunidad areandina conocer la cultura, la gastronomía, el folclore, los sitios turísticos y las características de países como Ecuador, Argentina, Brasil, Canadá y Perú. Allí se abrieron valiosos espacios de intercambio de buenas prácticas en docencia, investigación y didácticas internacionales.

La Dirección de Proyección y Responsabilidad Social articuló sus acciones hacia el apoyo a las necesidades de la comunidad académica durante la pandemia. Esto a través de estrategias que han fomentado el acceso a internet y han apoyado a estudiantes en situaciones económicas complejas con descuentos de matrícula y donaciones de la comunidad areandina.

En investigación, por su parte, si bien las circunstancias han limitado los trabajos de campo y toma de muestras, los investigadores han ideado nuevas formas para obtener datos, utilizando encuestas por medios digitales y se han enfocado en el robustecimiento de los marcos teóricos y en los diseños de sus proyectos. Por su parte, la institución ha ampliado y fortalecido la conversación con aliados internacionales y se han estrechado lazos con otros centros de investigación, lo que anteriormente era muy costoso de desarrollar.

A través de las facultades, programas disciplinarios, direcciones y subdirecciones nacionales, se han realizado una gran cantidad de webinars, encuentros, foros y debates virtuales que han permitido poner a disposición de la comunidad areandina buenas prácticas y tendencias en temas tan valiosos como el humanismo digital, el marketing, la nuevas dinámicas del derecho, entre muchos otros. De esta manera, expertos nacionales e internacionales del más alto nivel han participado en los espacios de discusión y diálogo que caracterizan a Areandina como un escenario a la vanguardia de un pensamiento pertinente para la Cuarta Revolución Industrial.

El distanciamiento forzoso de la pandemia llevó a la Academia de Areandina a tender nuevos puentes de comunicación, fortaleciendo aún más sus lazos. Esto ha generado un diálogo fluido y cercano entre sus miembros para que manifestaran sus intereses y expectativas. Asimismo, el Rector Nacional, José Leonardo Valencia, ha instaurado una nueva forma de acercarse a los docentes y estudiantes a través de reuniones mensuales para contar los avances de la institución y escuchar las necesidades de cada grupo académico. Para hacerlo, él es acompañado por los rectores de sede y seccional, la Vicerrectoría Académica Nacional, los decanos, los directores de programa, la Dirección de Desarrollo Docente y la Brigada de la Excelencia Académica.

Así mismo, la pandemia ha llevado a la creatividad de cada miembro de la comunidad académica empatizándose con las necesidades de los estudiantes areandinos, sus situaciones económicas, laborales y estados de ánimo, para concretar proyectos de impacto tales como Encuarentrenados, el de Gastronomía y el de Licenciatura Infantil.

En suma, luego de más de seis meses de confinamiento, la Academia de Areandina puede manifestar que la pandemia de la COVID-19 ha sido una oportunidad de mejora acelerada y una ganancia que robustece su propósito de formar personas en un ámbito vulnerable, incierto, complejo y ambiguo5, generando experimentos responsables y medibles, tales como el Modelo de Aprendizaje Aumentado, el cual se describirá más adelante.

[1] Saavedra, J. (2020) COVID-19 y Educación: Algunos desafíos y oportunidades, 30 de marzo de 2020. Recuperado de: blogs.worldbank.org

[2] Tomado del SNIES, 2019.

[3] Estimaciones de la Vicerrectoría de Tecnología y Sistemas de Información, septiembre de 2020.

[4] Areandina (2019). Consejo Académico, Orientaciones Académicas 009, 3 de diciembre de 2019.

[5] “Volatility, uncertainty, complexity and ambiguity”. Bennett, N. y Lemoine, G. (2014). What a Difference a Word Makes: Understanding Threats to Performance in a VUCA World. Business Horizons. Volume 57, Issue 3, May–June 2014, p. 311-317. p. 311.

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