El Banco Mundial afirmó que el aumento del trabajo femenino contribuyó en un 30% a la reducción de la pobreza extrema en América Latina y El Caribe en la década pasada, mejorando las condiciones de vida de sus familias y de la sociedad en general, contribuyendo así, a la reducción del promedio regional del coeficiente de Gini, que pasó del 0.57 en 2000 a 0.54 en 2010 (Banco Mundial, 2012, pg. 11). Así mismo, ONU Mujer encontró que al aumentar el acceso de las mujeres a la tierra e insumos necesarios, aumentó la productividad agrícola en un 20% en África y al aumentar en una manzana la superficie de tierra para el uso de las mujeres en Centroamérica, sus ingresos se incrementaron entre el 12% y el 30% dependiendo del país, (Cepal, 2011).
De tal manera, el desempeño de la mujer en el mercado laboral además de ser un factor clave para su inclusión, es fundamental para el desarrollo económico sostenible y la disminución de brechas sociales y regionales. Por ello, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU priorizan de forma transversal, el que las mujeres tengan acceso a la educación, a los sistemas de salud, al trabajo, a la participación ciudadana, a la innovación, entre otros, contando además con el Objetivo No. 5 que específicamente busca lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y a las niñas.
Son varios los factores que argumentan estos resultados, entre ellos, se ha demostrado que la educación impartida desde temprana edad a las mujeres, logra romper la tendencia de desigualdad de las familias con escasos recursos de repetir sus patrones en la siguiente generación de hijos, ya que las mujeres promueven la educación y bienestar en su núcleo familiar (Rodríguez, Sánchez y Armenta, 2007).
Por ello, con políticas de acceso de las niñas al sistema educativo, se fomenta que las mujeres tengan mayores conocimientos y puedan aprovechar las oportunidades. No obstante, tal esfuerzo puede ser complementado con el aprovechamiento de las TIC, de hecho en la Duodécima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe realizada en Santo Domingo, el 18 de octubre de 2013, se determinó que “para el logro de las autonomías económica, física y política de las mujeres, resulta un escenario de oportunidades y desafíos el que componen la economía digital, los proyectos de innovación y el acceso y uso de las TIC”.
Precisamente, existe una tendencia mundial que promueve el desarrollo de habilidades de programación en las mujeres, permitiéndoles crear soluciones a todo tipo de problemas, fomentando en ellas el pensamiento crítico, formulación de hipótesis, estructuración argumentativa, entre otras habilidades, como puede verse en Made With Code, comunidad internacional de mujeres que fomenta la capacitación en programación, presentando ejemplos claros de su impacto en el quehacer de las mujeres.
En todo caso, el aprovechamiento de las TIC por parte de las mujeres, no sólo se enfoca en el desempeño en áreas de ciencia, tecnología e innovación, sino también y con un impacto amplio, en lograr que las mujeres de todas las condiciones sociales y económicas las usen como herramienta de trabajo, de información y alerta en caso de violencia, de intercambio de saberes, de capacitación, reconocimiento y apoyo. De esta manera, se promueve la reducción de las brechas que existen de género y entre las mismas mujeres, al conectarlas desde su sentido de mujer, de madre si es el caso, de generadoras de conocimiento y de recursos.
Esta semana que se conmemora un año más del logro de los derechos de las mujeres en la sociedad, es importante que reflexionemos acerca de nuestra limitada participación en escenarios públicos, en el acceso a mejores condiciones de vida, en la falta de reconocimiento a nuestras necesidades como madres, hijas, miembros de una familia y cabezas de hogar, que si bien dependen ampliamente de factores económicos, sociales y educativos, son nuestras propias restricciones culturales e imaginarias las que nos impiden tener un mejor papel en la sociedad. Hoy las TIC nos abren a todas las mujeres sin excepción, un campo inmenso de posibilidades de crecimiento en escenarios de los cuales estuvimos excluidas por mucho tiempo, luego hoy no tenemos excusa para no empoderarnos y aprovechar nuestra capacidad de crear, de liderar, de inspirar a nuevas generaciones con nuestro esfuerzo y rompimiento de las cadenas que muchas veces sólo existen en nuestras mentes.
Bibliografía
Banco Mundial (2012) The Effect Of Women’s Economic Power in Latin America and the Caribbean. Agosto 2012. https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/11867/9780821397701.pdf
Elborgh-Woytek, K; Newiak, M; Kochhar, K; Fabrizio, S; Kpodar, K; Wingender, P; Clements, B y Schwartz, G (2013). Las mujeres, el trabajo y la economía: Beneficios macroeconómicos de la equidad de género. FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación y Departamento de Finanzas Públicas.
Google (2016). Women who choose Computer Science – What really matters. The Critical Role of Encouragement and Exposure. https://static.googleusercontent.com/media/edu.google.com/es//pdfs/women-who-choose-what-really.pdf
Ramirez, Diana (2011), Productividad agrícola de la mujer rural en Centroamérica y México. CEPAL Unidad Agrícola de la Sede Subregional de la CEPAL en México. Impreso en Naciones Unidas, México, D. F., diciembre de 2011. 2011-076
Rodriguez, K., Sánchez, F. y Armenta, A. (2007). Hacia Una Mejor Educación Rural: Impacto de un Programa de Intervención a las Escuelas en Colombia. Documento CEDE 2007-13. ISSN 1657-7191 (Edición Electrónica), julio de 2007.
Onu Mujer (2017) tomado de: http://www.unwomen.org/es/news/in-focus/rural-women-food-poverty